La revolución pacífica
El 13 de marzo de 2013, cuando los cardenales reunidos en cónclave designaron al papa Francisco como nuevo jefe de la Iglesia Católica, nadie podía anticipar que un cardenal septuagenario y desconocido fuera del Vaticano pudiera dar un cambio de rumbo al catolicismo. La primera imagen del papa Francisco, un hombre de gestos sencillos, de aspecto tímido, escondido detrás de unas gafas redondas, ocultaba al hombre estadista y carismático que ha tomado con fuerza las riendas de la Iglesia Católica.