Una mirada al interior, para ver los retos que tenemos por delante, salir del conformismo y la apatía. Construir una iglesia del siglo XXI con una base sólida en la que prevalezca la unidad por encima de las diferencias. Luchar por una sociedad de valores, fomentar la integración y terminar con la actitud de gueto de las minorías. Una mirada exterior, para exigir nuestro derecho a ser diferentes, pero con un trato igualitario. Infundir valores, una ética de la vida y del trabajo. Luchar por leyes que favorezcan la vida y la igualdad. Denunciar los abusos del poder, las injusticias y fomentar la convivencia. Defender el derecho a vivir públicamente nuestra fe y a expresarla sin limitaciones.