El papa Francisco, un hombre al mando de la organización más grande del mundo.
La complejidad de comandar una gran organización es aún más mastodóntica, cuando esa organización tiene dos mil años de historia. ¿Qué empresa o institución del mundo ha perdurado tanto en el tiempo? Ninguna. Imperios, reyes y naciones han desaparecido. Revoluciones y grandes aspiraciones han sucumbido, pero la Iglesia Católica ha resistido el vaivén del tiempo.
El talante del papa Francisco se parece mucho al de Juan Pablo I. un hombre claro, directo, que llama a las cosas por su nombre, pero no olvidemos que el papado de Juan Pablo I fue muy breve.
Uno y otro se enfrentaban a enormes retos: la modernización de la Iglesia Católica, la limpieza de todos los casos de pederastia, los escándalos financieros del Vaticano, el decrecimiento católico en muchos países, sobre todo los europeos y los americanos. El crecimiento de las iglesias evangélicas y la persecución en los países musulmanes, frente a la secularización y la falta de una mayor apertura de las mujeres al funcionamiento de la Iglesia son algunos de los retos más acuciantes.
¿El poder del papa Francisco es suficiente para llevar a la Iglesia Católica en una dirección? Sin duda no hay una figura más importante ni respetada dentro de la Iglesia Católica, pero la institución es como un gigantesco tren a todo vapor, que puede tardar mucho tiempo en pararse por completo y cambiar el rumbo.
Dentro del seno de la Iglesia Católica hay decenas de órdenes religiosas y movimientos espirituales que van de la extrema derecha del Opus Dei a la extrema izquierda de los Jesuitas. Su teología, ritual y formas varían de una cultura a otra. La jerarquía, al igual que buena parte del clero, está envejecida. La falta de nuevas vocaciones por el celibato y otros factores, impide la llegada de savia nueva a la institución. ¿Puede un hombre cambiar todo esto?
El lema del papa Francisco es: “Lo miró con misericordia y lo eligió[i] ”. El sentido providencialista del papa le puede ayudar en mirar en algo más allá de sus fuerzas humanas, pero la gran pregunta es: ¿A qué fuerzas humanas se aliará?El espíritu evangélico más clásico se encuentra en los grupos más conservadores, pero el papa Francisco quiere al mismo tiempo llegar a los pobres y las “ovejas perdidas”. ¿Podrá hacer el papa Francisco esa difícil labor de convencer a partes tan distantes de la Iglesia Católica de trabajar unidas, por una única Iglesia?
El papa Francisco es un hombre cercano a otras religiones, en especial a los judíos, con cuya comunidad Argentina ha mantenido excelentes relaciones, pero ¿cómo actuará con los musulmanes o hindúes que limitan la libertad religiosa en sus países?
El hecho del que papa Francisco venga de la tradición jesuítica permite que en él se unan varias y curiosas peculiaridadescomo: erudición y ortodoxia, humildad y sentido de estado. Pero, los jesuitas han sido durante siglos la bestia negra de la Iglesia Católica. Expulsados de muchos países durante el siglo XVIII y disueltos como orden durante un tiempo, muchos miran con desconfianza a un papa formado en las filas de la Compañía de Jesús.
El papa Francisco se enfrenta a la gran encrucijada del siglo XXI. Juan Pablo II tuvo que lidiar con el bloque del Este, el comunismo y la Teología de la Liberación. Benedicto XVI con los sangrantes casos de pederastia y los escándalos financieros. El papa Francisco debe enderezar la nave y llevarla hacia un nuevo rumbo. Para ello se valdrá de la llamada Nueva Evangelización y del carisma y cercanía que parece desprender en cada gesto.
No es casualidad que sea un papa latinoamericano. Sudamérica y Centroamérica pierden miles de fieles cada día a favor de las iglesias evangélicas, pero también porque es un hombre de la periferia. Alguien ajeno a la maquinaria de Roma. ¿Impondrá sus órdenes frente a un sistema cerrado y centenario?
El papa Francisco tiene muchas incógnitas por resolver en su pontificado, pero de lo que estoy seguro es que dará muchos titulares en los próximos meses y se notará su método. Una mezcla de sencillez y ortodoxia, con la que ya ha llamado la atención de los medios de comunicación, de la opinión pública y millones de fieles católicos.
Una de las últimas frases del papa Francisco resumen su plan: “¡Señor, tenemos que conquistar el mundo [ii] !”.
Mario Escobar ha publicado la biografía “Francisco El primer papa latinoamericano” con la editorial Grupo Nelson.