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Lección 1 para el 2017: En la vida siempre hay que saber actuar con elegancia. Eso no significa que no te afecten las críticas injustas, los comentarios maliciosos o las murmuraciones sobre lo que haces o dejas de hacer. Siempre me he considerado un espíritu libre, que únicamente tiene que dar razones ante Dios, mi conciencia y mi familia. Eso me ha hecho fuerte, me ha convertido en un corredor de fondo en un mundo de velocidad rápida. Creo que en las distancias cortas gano, ya que no puedo evitar sentirme empático y ponerme en el lugar del otro. Por eso, no miréis nunca atrás, a no ser pare corregir los errores cometidos o pedir perdón; luchad por vuestros sueños, aunque nadie crea en vosotros, determinaros a ser felices, pero que vuestra felicidad no dependa de agradar a los demás, más bien de exigir respeto por vuestra persona. Aprender a cerrar puertas, para que la vida te abra otras nuevas, mantenerte firme en lo que crees, ser honrado y dejar que el destino haga el resto. Gracias a todos por amarme sin merecerlo, por admirarme sin merecerlo y por seguirme sin merecerlo. Un abrazo para todos.